Abadal 3.9: DOP Pla de Bages

La DOP escogida es la DOP Pla de Bages.

-Demarcación de la zona geográfica:

Los municipios de producción de la DOP Pla de Bages son los siguientes: Aguilar de Segarra, Artés, Avinyó, Balsareny, Calders, Callús, Cardona, Castellfollit del Boix, Castellgalí, Castellnou de Bages, El Pont de Vilomara i Rocafort, Fonollosa, Manresa, Monistrol de Calders, Mura, Navarcles, Navàs, Rajadell, Sallent, Sant Fruitós de Bages, Sant Joan de Vilatorrada, Sant Mateu de Bages, Sant Salvador de Guardiola, Santpedor, Santa Maria d’Oló, Súria y Talamanca.

-Clima:

La climatología se clasifica como Mediterráneo Continental Subhúmedo (en la mayor parte de la región) y Mediterráneo Continental Húmedo. Las temperaturas medias oscilan mayoritariamente entre 12 y 14ºC. Las precipitaciones varían desde los 500mm anuales al centro de la comarca hasta los 700mm en los extremos. El clima del Bages se caracteriza por tener inviernos fríos y moderadamente húmedos y veranos secos y cálidos. Hay que destacar la importante diferencia térmica entre el día y la noche. La pluviometría tiene sus máximos durante la primavera y el otoño. El verano es la época del año con menor precipitación y temperaturas más elevadas, cosa que supone un elevado déficit hídrico. La escasez de precipitaciones durante el verano tiene una elevada irregularidad, con elevadas intensidades de precipitación, acompañadas en algunas ocasiones de piedra o granizo.

-Superficie cultivada:

Aunque antes de la filoxera y la revolución industrial había más de 28.000 hectáreas de viña, hoy en día encontramos solo unas 450Ha.

-Variedades recomendadas:

Blancas: Macabeo, Parellada, Picapoll blanco y Chardonnay.

Tintas: Sumoll, Garnacha, Ull de Llebre, Merlot y Cabernet Sauvignon.

-Variedades autorizadas:

Blancas: Sauvignon blanco y Gewürztraminer

Tintas: Cabernet franc y Syrah

-Tipos de vino:

Los vinos blancos producidos en esta región se caracterizan por un color pálido, destacando los elaborados con la variedad Picapoll (variedad autóctona blanca, seguramente la estrella de la DOP), los cuales inicialmente no destacan por tener colores con reflejos verdes, sino que siendo bien jóvenes éstos ya expresan reflejos de color dorado pálido. Siendo zona de importante influencia pirenaica, los aromas de los vinos blancos estarán marcados por la parte más fresca de los descriptivos de cada variedad, con fuerte presencia de frutas ácidas y con presencia de aromas florales sutiles (flores blancas). Igualmente destacable son los aromas de hierba aromática, a menudo descritos como espliego en el caso de los blancos y muy relacionados con viñas que tienen proximidad en zonas boscosas, muy frecuentes en la zona. En boca estos vinos suele ser ligeros, marcados por un buen núcleo ácido. Para aumentar el volumen en boca se conseguirá con prácticas de bodega como la crianza sobre lías o la crianza en barrica.

Los vinos rosados producidos en esta región pueden tener la coloración deseada según el estilo que pretenda el elaborador. Desde maceraciones más cortas para acercarse a los referentes de los rosados de Provenza (0.2-0.3 puntos de color) hasta los rosados más intensos (1.5 puntos de color) Típico de la zona es la presencia de frutas rojas en todas las variedades. También se pueden notar desde notas anisadas hasta la confitería, dependiendo del grado de maduración. En boca son vinos potentes, rosados elaborados normalmente con uvas maduras que confieren una buena estructura y suntuosidad.

Los vinos tintos producidos en esta región suelen tener una gran intensidad colorante. Las fechas y la climatología fría, favorecen maduraciones lentas en otoño que facilitan una gran acumulación de color en todas las variedades. Aun así hay que destacar la presencia de las variedades autóctonas como la Sumoll, y Picapoll Negro, las cuales por definición suelen tener un menor potencial de color y por tanto proporcionan los vinos de menos color de la región. El componente aromático debe su característica a una zona muy respetuosa con la tipicidad de la mayoría de variedades. Al ser una zona de maduración tardía en relación a la media del estado, en ella los aromas primarios se mantienen, sin encontrar características de sobremaduración y por lo tanto de pérdida de identidad varietal. Nuevamente en la mayoría de vinos tintos y debido a la fuerte presencia de bosque envolvente las viñas de la región encontramos notas balsámicas, que de entrada se pueden describir como eucalipto y menta, acentuando la fuerte percepción fresca de conjunto de los vinos del Bages. Estos aromas igualmente se pueden describir como hierba forestal o aromática. En la boca nos encontramos nuevamente con vinos de gran potencia. El examen visual sugiere que, en boca, son vinos muy estructurados, con un Índice de Polifenoles Totales que fácilmente superan los 60 haciéndolos en su mayoría aptos para crianzas en barrica. En boca se da un buen equilibrio entre la estructura ácida y la tánica, resultando por tanto que, aún a pesar de su gran concentración resultan vinos que tienen elegancia y frescor, distinguiéndolos de otras zonas más cálidas que, basándose sobre todo en la estructura tánica, se convierten en vinos más pesados.

-Bodegas más representativas:

Bodegues Abadal, Heretat Oller del Mas, Celler el Molí y Solergibert.

El vino escogido es un Abadal 3.9 del 2012. Se trata de un coupage, 90% de cabernet y un 10% se syrah. Tiene una graduación alcohólica de 14,5ºC. Se trata de un vino de finca, la mayor distinción que puede lograr un vino de la zona, uno de los dos que se pueden encontrar en la DOP Pla de Bages. Los requisitos para obtener la calificación de los Vinos de Finca son muy estrictos. Incluyen el reconocimiento durante 10 años seguidos de la calidad en los mercados internacionales y de proximidad y la procedencia de un entorno geográfico único. El vino de finca es aquel vino producido en una finca única y con unas características de terruño y de clima diferentes del resto.

El Abadal 3.9 catado es de hace casi 8 años. No obstante, su color se mantenía bastante joven; rojo rubí intenso pero sin tonos tejas en el menisco.

En nariz se encuentran perfectamente balanceados los aromas a frutos negros con los aportes especiados adquiridos durante su estancia en barrica.

El sabor es acorde al aroma. Tiene una buena acidez y sus suaves taninos conllevan una sequedad agradable. Su regusto es agradable y perdura en el tiempo.

Mi puntuación: 90/100.

En otras ocasiones le otorgaría puntuaciones mayores, no obstante, esta botella del 2012 no me pareció a la altura de otras que he tenido la suerte de descorchar.