LA MONOVARIETAL: una historia que se hace vino
¿Alguna vez has sentido un flechazo por un vino que ni siquiera has probado?
Por suerte para mí puedo trabajar de una de mis grandes pasiones como es el vino. Cada día estoy rodeada de miles de referencias de vinos de (casi) todos los rincones del planeta; tengo en mis manos botellas que no serían accesibles de otro modo por su exclusividad y por sus precios inimaginables; conozco casi a diario a personas del sector… Pero un día cualquiera fuera de ese entorno mi camino se cruzó (por suerte) con el de Teila Brunat, La Monovarietal.
AVISO: esta cata no es como estamos acostumbrados. Primero el alma y luego el vino.
Nos vamos hasta el Priorat para descubrir el proyecto de La Monovarietal, que con ese nombre están más que claras las intenciones. Pero para conocer este vino, primero hay que hablar un poco de la historia de Teila. Nacida en Canadá de padres migrantes españoles, desarrolla su carrera profesional como enóloga en un hemisferio y en otro, vendimias en todas las regiones vitivinícolas que nos podamos imaginar del nuevo Mundo y del Viejo Mundo, para vinos tranquilos pero también para espumosos y otras elaboraciones como los Tokaj. Las últimas 15 vendimias en Margaret River (Australia). Todas estas experiencias son las que dan forma a su proyecto “La Monovarietal”.
Tres vinos monovarietales (Macabeo y cariñena) por reto personal para elaborar sin arreglos y respetar una auténtica tipicidad y por salirse un poco de la norma o tendencia de DOCa Priorat, ya que asumiendo ese riesgo busca diferenciarse. De hecho sólo el tinto tiene calificación de la denominación de origen. Es una fuera de serie, de las buenas, de vinos de culto.
KUKU 2020
- Bodega: La Monovarietal
- Marca: Kuku
- Añada: 2020
- Producción: 700 botellas
- Tipo de vino: Vino de autor blanco de maceración carbónica y crianza sobre lías
- Indicación geográfica: sin DO. zona de Priorat, Montsant y la Terra Alta. Embotellado en Cornulleda de Montsant.
- Variedad: 100% Macabeu (macabeo)
- Grado Alc.: 12º
- Precio: 15€-20€
Presentación
El estilismo está alineado totalmente con la identidad de las elaboraciones. Botella Borgoña, corcho natural, lacrados que se preparan cuidadosamente a mano para obtener los colores deseados para cada vino. El etiquetado y enumerado de botellas también es manual. Y en relación al diseño de las etiquetas, todas cuentan algo de la historia de Teila.
Kuku es una palabra anglosajona que específicamente en Australia se utiliza para decir que alguien es una persona diferente, inquieta, algo alocada. Tal como el entorno de Teila la describe. En el etiquetado podemos ver una chica con un reloj de arena que representa los dos hemisferios y un pedacito de la Tierra, que representa cómo pasa su vida mitad en España y la otra mitad en las antípodas.
Elaboración
Monovarietal de Macabeo procedente de una viña de alrededor 1Ha de extensión cultivada en ecológico y de unos 40 años de edad. Esta viña se encuentra ubicada en Arnes en la Terra Alta; esto significa que es un viñedo de altitud.
Es el primer vino del proyecto y quería marcar diferencias, ya que en esa zona la macabeo normalmente se utiliza en ensamblajes puesto que es una variedad con buena acidez pero que en fermentación suele caer de manera considerable, lo que puede llevar a vinos planos si no se trabaja adecuadamente.
Vendimia manual con selección de racimos ya que la primera parte es una maceración carbónica con el racimo completo en un depósito de 1.000L y la cantidad de botellas solamente es lo que de ahí salga (lo que pida la elaboración, ya que por ejemplo del 2021 hay 463 botellas). Posteriormente se hace una crianza sobre lías para aportar cuerpo y untuosidad. Levaduras autóctonas.
¡Y todo esto aún sin catar!
Personalmente no suelo leer notas de cata de ningún vino para no condicionar mi criterio, ya que leer o escuchar a alguien decir “…es de color…y huele a…y sabe a…” dirige bastante las percepciones del consumidor. Para mí es mucho más importante descubrir y gestionar esas percepciones por uno mismo, aunque en verdad la cata es una técnica ciertamente aprendida y hay que guiar un poco al consumidor ya que sin nada de información quizá no dé la oportunidad a un vino.
A nivel visual es un vino blanco muy brillante y con una intensidad que se acerca al término medio como resultado de la elaboración tan particular. Tiene una ligera viscosidad lo que hace que se perciba un poco más grueso.
Cuando lo acercamos a la nariz a copa parada vemos la intensidad y cuando agitamos un poco se suma la complejidad: aromas de fruta blanca como la pera, melón e incluso un poco de fruta de hueso por la calidez de la añada. Aromas florales/herbáceos como acacia, boj; por momentos invaden los aromas de pan brioche y toques cremosos. Todo elegante y sutil. Si dejamos que el vino abra en copa, los aromas evolucionan y siguen apareciendo más elementos que te invito a descubrir.
Cuando tomamos un sorbo, es una explosión de sensaciones en boca: muy buena acidez incluso chispeante acompañada de una deliciosa mineralidad, sabores muy francos directamente relacionados con lo que habíamos percibido a nivel olfativo. De trago largo y complejo y con retronasal de similares características. Sensación de textura untuosa.
En definitiva es un vino que sorprende, inesperado, delicioso, rompedor, muy bien elaborado, de los que engañan en cata a ciegas por la complejidad de las técnicas empleadas. Mi conclusión es que es una elaboración con alma propia.
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