Con el objetivo de intentar buscar diferentes tipos de vino, sin salirnos de la DOC Rioja, hoy catamos este crianza de 2017, El Jardín de La Emperatriz, de Bodegas Finca La Emperatriz.
En primer lugar llama la atención la gran calidad del vidrio de la botella, pesada y personalizada en la parte superior con el logotipo de la bodega, que de manera inconsciente, y aun sin haber probado todavía el vino, nos induce hacia un vino de gama media-alta.
En su contra etiqueta, vemos que se han utilizado una multitud de variedades, entre las que predomina el tempranillo (90% tempranillo, 5% garnacha, 2% graciano, 2% viura y 1% maturana tinta) sí, incluso en una proporción menor tenemos una variedad blanca, la viura.
Tras servirlo en la copa, a la vista, es un vino oscuro y cerrado.
En nariz podemos denotar toques potentes chocolate puro, toques especiados, crianza en roble, fruta roja…
En boca, notamos una astringencia muy remarcable, astringencia mineral, demasiada potencia, los taninos destacan en sobremedida, lo que nos hacen pensar, que aún a pesar de ser un vino de 2017 podría aguantar perfectamente 8 años más en botella sin problemas. Es incluso demasiado potente, muy alejado de la finura y los estándares de crianza medio de Rioja, y esto es arriesgarse mucho, pues me apostaría un pincho con cualquiera de vosotros, a que a la mayoría se os hace demasiado rudo. Necesita doma.
Sin duda es obligado tratarlo bien, apaciguarlo con un buen decantador/oxigenador y acompañarlo de algún chuletón de res vieja o comida especiada que sea aún más potente que este vino.
Lo cierto es que su precio, de 10,89€ en grandes superficies no lo hacen un vino excesivamente caro, aunque sí a bastante distancia de los 7€ que en este momento podríamos indicar como el precio medio.
Lo dicho, vino con mucho potencial, pero “verde” en estos momentos. No se si comprar una botella y guardarla para dentro de 5 años… ¿Qué opináis? 😀
Mi nota sería de 7,5/10
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