VERTICAL PUJANZA     

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       Ya son unas cuantas botellas descorchadas entre este curso y el anterior, algunas de forma improvisada e informal, otras mejor planteadas, catas del propio depósito o la misma barrica, por supuesto de nuestro botellero, y desde que comenzó este curso con la asignatura de cata cada viernes.

Países, regiones, denominaciones, variedades, incluso incluso defectos hace unos meses inimaginados… cualquier tema es perfecto con tal de tener la excusa de probar, conocer y seguir desarrollando una vision sobre el mundo y la cultura de la enologia que a veces parece infinita.

Por eso pensé, que como clase, tras todos estos ensayos y errores que llevabamos meses acumulando , nos merecíamos una cata de vino. Vino de verdad. Se entiende.

Vinos de la cata


En esta cata tuvimos oportunidad de diferenciar los caprichos climatológicos que se dan en una misma parcela “Finca Valpoleo” a lo largo de una década. La viña, situada a los pies de la bodega, plantada unicamente de la variedad tempranillo data de 1973, con 630 metros de altitud media y una extensión de 17,5 hectáreas compuestas por suelo arcillo-calcáreo. El rendimiento anual oscila sobre los 4.500 kgs por hectárea.

Además de la diferencia que apreciamos en cata se puede observar la evolución que han sufrido a lo largo de estos años tanto la botella como la etiqueta.

Las añadas escogidas para esta ocasión y sus peculiaridades:

Añada 2002: En esta añada se esperaba una reducción significativa de la producción respecto a la anterior cosecha aunque resultaba complicado realizar previsiones en un año en que los viñedos presentaban una gran desigualdad por la irregular climatología que acompañó la evolución del ciclo vegetativo, con incidencia de factores climatológicos como la sequía y bajas temperaturas, que provocaron una brotación y cuajado irregulares, afectando de forma muy diferente en función de la situación y altitud de los viñedos. Las temperaturas del mes de diciembre de 2001, de hasta 15 grados bajo cero, probablemente afectaron a la fisiología de la planta y fueron causantes de las irregularidades observadas en la brotación y posterior desarrollo del ciclo vegetativo. Así mismo, la sequía del otoño-invierno se sumó a la sequía que padeció el viñedo durante toda la campaña anterior y que dejó disminuidas las reservas hídricas de la planta. La conjunción de estos factores originó una brotación débil e irregular, principalmente en la variedad Tempranillo, con un menor número de racimos en general y de un tamaño más reducido, sobre todo en viñedos situados en secano. Respecto al estado sanitario del viñedo puede afirmarse que fue bueno en general durante todo el ciclo para todas las variedades de uva, aspecto significativo desde el punto de vista de la calidad final del fruto. Los meses de verano añadieron incertidumbre al desarrollo del ciclo con una climatología anómala. Durante el mes de junio hubo una precipitación alta, lo que mejoró la situación vegetativa y las expectativas de la producción.

Añada 2004: El viñedo experimentó un buen desarrollo a lo largo del ciclo vegetativo de la cosecha 2004 gracias a una climatología favorable para la obtención de una cosecha de alta calidad. Las abundantes precipitaciones en forma de lluvia y de nieve durante el invierno, bien distribuidas y con valores más elevados en los meses próximos a la brotación y durante la misma, propiciaron que las necesidades hídricas del viñedo quedaran perfectamente cubiertas. El inicio del ciclo vegetativo sufrió retraso debido a las bajas temperaturas de marzo-abril y primera quincena de mayo pero después el ciclo se reanudó con fuerza, recuperando el atraso acumulado. Este año el viñedo no se vio afectado por heladas. El viñedo completó el cuajado a finales de junio. El estado vegetativo al comienzo del verano es bueno, con abundante superficie foliar y buen estado sanitario, evolución favorable que continúa en julio con temperaturas adecuadas y sin incidencia destacable de plagas y enfermedades. Las tormentas que se producen de forma dispersa suponen un aporte hídrico que contribuye a mantener el buen estado vegetativo del viñedo. En la primera semana de agosto comienza el envero con temperaturas inferiores a las normales en estas fechas y diferencias muy marcadas entre el día y la noche, lo que propicia una evolución más lenta de la maduración, con un retraso del ciclo de dos a tres semanas. A partir de aquí se produjeron entre los días 1 a 10 de septiembre tormentas acompañadas de temperaturas elevadas y ambiente bochornoso aunque no aparecieron focos de botrytis en ninguno de los viñedos. A partir del 10 de septiembre, días soleados y temperaturas moderadas por el día y frescas por la noche gracias al viento dominante del norte y noreste. Esta climatología propició la mejora del estado sanitario del viñedo con una evolución muy favorable de la maduración, aunque lenta e irregular. Los viñedos evolucionaron favorablemente presentando magníficas perspectivas de calidad.

Añada 2005: El viñedo experimentó un buen desarrollo a lo largo del ciclo vegetativo de la cosecha 2005 gracias a una climatología favorable para la obtención de una cosecha de alta calidad, destacando especialmente el perfecto estado sanitario que presentó la uva. El final del ciclo anterior se desarrolló con un buen agostamiento, ausencia de heladas y precipitaciones escasas. La parada vegetativa se caracterizó por escasas precipitaciones en forma de lluvia y moderadas de nieve, continuando la escasez de lluvias en los meses próximos a la brotación y durante la misma. La brotación fue buena y dentro de las fechas habituales, lo que conllevó un adelanto de entre 7 y 10 días con respecto al año anterior. El viñedo completó el cuajado a mediados de junio, presentando un buen estado vegetativo y sanitario, y manteniendo los 10 días de adelanto con el ciclo anterior. Respecto a las necesidades de agua hasta el final del cuajado, aunque las precipitaciones fueron moderadas, tuvieron una buena distribución a lo largo del ciclo fenológico y resultaron suficientes para cubrir el período brotación-cuajado. En el mes de junio cayeron tormentas que aportaron una buena cantidad de agua. No obstante, a partir de estas fechas las necesidades de agua en la vid son muy exigentes y el mes de julio fue especialmente seco, a pesar de lo cual, a finales de ese mes, el estado sanitario era muy bueno en general y el estado vegetativo bueno también, apreciándose una vegetación moderada y equilibrada. El envero se desarrolló con normalidad desde mediados de julio, continuando el ciclo con un adelanto de unos 10 días con relación al año anterior. El inicio de la vendimia se dio con unas condiciones climatológicas excelentes. Llovió el día 12 aunque, según las analíticas realizadas, no afectó al peso y características de la uva.

Añada 2006: La parada vegetativa de esta campaña se caracterizó por precipitaciones moderadas, las cuales continuaron en los meses próximos a la brotación y durante la misma. La brotación en general fue buena y en fechas habituales. El viñedo a mediados de junio se encontraba con el cuajado completado, manteniendo una semana de adelanto con el ciclo anterior. Respecto a las necesidades de agua, las precipitaciones y su buena distribución a lo largo del ciclo fenológico fueron suficientes para cubrir el período de brotación-cuajado. A finales de julio el viñedo presentaba buen estado vegetativo y sanitario. Las precipitaciones fueron superiores a las de la campaña anterior y abundantes, lo que propició el desarrollo de abundante superficie foliar. En agosto el tiempo fue más seco, con apenas tormentas, y las temperaturas se suavizaron con valores nocturnos especialmente bajos. La evolución del viñedo se ralentizó y el adelanto que se preveía quedó minimizado. El viñedo a finales de agosto se encontraba con buen estado vegetativo y sanitario, y con suficientes reserva de agua. El tiempo era seco y soleado, con temperaturas moderadas de día y bajas de noche, ideal para culminar con éxito el proceso de maduración de la uva. Durante la primera semana de octubre el tiempo acompañó y la uva entró en buenas condiciones sanitarias.

Finca Valdepoleo, Bodegas Pujanza y al fondo la sierra de cantabria.

Añada 2009: Las incidencias climatológicas más destacables fueron las precipitaciones elevadas que tuvieron lugar de noviembre a febrero y el fuerte calor y la sequía del verano. Antes de la vendimia destacaron las lluvias de los días 16 al 18 de septiembre, las cuales ralentizaron la maduración y propiciaron el equilibrio alcohólico y fenólico de la uva. Estas lluvias marcaron un punto de inflexión decisivo para obtener una cosecha de alta calidad, ya que a partir de esa fecha la climatología fue muy favorable hasta el final de la vendimia, con tiempo seco y soleado. La vendimia comenzó el 7 de octubre y concluyó el 29 del mismo mes. Se trata de una de las vendimias más tempranas de la historia reciente de Rioja.

Añada 2011: Temperaturas desviadas de la media en primavera, verano y otoño. Temperaturas medias superiores en un grado en abril y mayo. Mes de julio frío, con temperatura media inferior en un grado a la media. Mes de agosto cálido y septiembre, octubre y noviembre relativamente cálidos. Lluvia escasa, próxima a la media hasta inicio de mayo. En los meses de mayo y junio marcadamente inferior a lo normal, con julio y agosto muy cortos de lluvia. Ausencia de heladas primaverales. Vegetación: La brotación se adelantó una semana por calor y también la floración. Ésta fue normal, apenas afectada por la sequía. Los fríos del mes de julio anularon el adelanto y el envero ya tuvo lugar en fechas normales pero se vio afectado por la sequía. Desde el 19 de julio al 19 de agosto no llovió, hecho que provocó un aumento de la calidad respecto a la media de añadas anteriores. La maduración se dio a una velocidad moderada debido a la sequía sufrida, con una parada a mediados de septiembre del peso de la baya y un retroceso desde entonces hasta la vendimia. La sanidad perfecta durante todo el proceso vegetativo y en la maduración.

El resultado de la cata fue ampliamente superado por las expectativas. Tuvimos oportunidad de comprobar el estilo y la filosofía de una bodega a través de una viña, a la vez que observábamos las diferencias en cada vino que las peculiaridades climatológicas de cada año se habían manifestado. La añada 2004 obtuvo la mejor puntuación muy seguido por la añada 2005. Mencionar tan sólo que de las seis botellas, cinco fueron puntuadas al menos por un participante con la máxima puntuación, y el vino que no obtuvo ninguna máxima puntuación quedó en tercer lugar. Podríamos concluir diciendo que cada participante encontró su vino y por lo tanto su añada favorita.